Mi trabajo fotográfico está plenamente vinculado con el estudio de la naturaleza salvaje, centrado en su carácter enigmático que invita a recordar una actitud contemplativo, cada vez más diluida en la sociedad de la prisa y la proyección. Observar la naturaleza no solo supone un acto sublime, también, un paréntesis donde relacionarnos esencial y sensorialmente, un espacio propio en donde experimentar, comprender y reflexionar sobre nuestra propia naturaleza humana. Fotografiar la naturaleza implica “abrazar” una realidad alejada a todo antropocentrismo, donde la vulnerabilidad y falta de control aparecen sobre un medio que no siempre logramos comprender.

“La Nada” es una serie de fotografías centradas en el estudio de escenarios que, a través de la niebla, nos vinculan con nuestro temor atávico por antonomasia: lo desconocido. Lejos de buscar una observación bucólica del entorno natural, este proyecto muestra el límite diluido de lo consciente e inconsciente a través de espacios etéreos de horizontes, formas y colores desdibujados que me hacen preguntar: ¿cuál es el origen de la creatividad? Entiendo el proceso creativo como la acción en donde la curiosidad y la experimentación nos hacen entrar en contacto con otras realidades que no entienden de límites, un acto de valentía donde adentrarnos en lo desconocido para indagar y, solo a veces, concluir.
El proyecto nos invita a superar los límites de lo desconocido a través de la curiosidad que implica la creatividad, dejarte llevar por una imaginación que supere la racionalización de la escena y generar un espacio de pausa, donde quizás encontrar o bien perderse.











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